En un periódico digital de Antofagasta del 26 de agosto del año en curso, alguien aparece firmando con absoluta desvergüenza un artículo que no le pertenece: “Los mapuche y el estado de derecho en Chile” cuyo autor es el que escribe esta aclaración. Digo aparece pues no trepida en agregar su fotografía para dar mayor naturalidad a la impostura, perpetrando así un abuso y a la vez un engaño a los lectores. Pero es sin duda lo que menos le importa.

Sabido es que en la Red se corren riesgos de actos reñidos con la exigencia ética, como la apropiación indebida del trabajo de otros. Lamentablemente, pareciera ser esto una práctica frecuente en Internet.

El artículo en cuestión, fechado el 16.8.09, fue difundido primeramente por un sitio de Holanda y luego lo hicieron otros periódicos o páginas digitales en Chile y en el extranjero. En Chile, gracias a la iniciativa de personas que apoyan la lucha mapuche por sus derechos.

En el artículo se subraya la incesante represión de las movilizaciones en defensa de tierras ancestrales frente a las empresas forestales. Conflicto que conoció una notable mediatización a partir de 1997. El incendio de tres camiones de la Forestal Arauco causó la detonación mediática y el despliegue represivo. Desde entonces la represión no ha tenido coto, como tampoco las noticias “alarmantes” acerca del impropiamente llamado “conflicto mapuche”.

Al parecer, hoy ya no basta con la represión policial, al menos para algunos; también hay que emprender la ofensiva en el terreno de lo que se escribe: usurpando textos, sembrando la duda respecto de la autoría mapuche de algunos artículos. ¿Se piensa acaso que la competencia de éstos para incursionar en la producción escrita entregando su visión de la realidad y de la historia no resulta muy natural? Las reticencias en este sentido no parecen descartadas. No es nada sorprendente si pensamos que no desaparecen fácilmente las huellas de la prolongada estigmatización del “indio”.

Desde hace años las publicaciones de profesionales mapuches (profesores, sociólogos, antropólogos, etc.) están muy presentes en la Red. Sin embargo, estas publicaciones se encuentran mayoritariamente en sitios electrónicos mapuche porque es aún limitado el interés de otras páginas web por divulgar a estos autores, como es todavía escaso el interés de editoriales por publicarlos. Esto da seguramente sustento a los inescrupulosos, como en el caso que aquí denunciamos, para cometer impunemente una usurpación de la propiedad intelectual entendida en sentido amplio (artículos, imágenes, fotografías, etc.). ¿Será ésta, en el caso mapuche, otra cara de la discriminación? Luego de la tierra, se usurpa ahora lo que se escribe.