11 de octubre del 2002
Amnistia Internacional
América: Los indígenas,
ciudadanos de segunda clase en las tierras de sus antepasados
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Hace diez años, al cumplirse el Quinto Centenario de la
llegada de los primeros europeos al continente americano, los descendientes
de los pueblos indígenas que habitaban el continente reclamaron abiertamente
sus derechos y su identidad. Actualmente siguen estando entre las comunidades
más pobres y marginadas, sufren discriminación y a menudo están expuestos
a sufrir graves abusos contra sus derechos fundamentales, ha afirmado
hoy Amnistía Internacional.
Esta declaración se ha hecho la víspera del Día de la Raza, en el que
varios países americanos celebran la herencia culturalmente diversa del
continente.
«Más de la mitad de los países del continente reconocen el carácter pluralmente
diverso de su Estado y garantizan los derechos de los indígenas en su
Constitución y sus leyes. Sin embargo, esto contrasta enormemente con
la realidad que afronta la inmensa mayoría de los pueblos indígenas que
se extienden desde Canadá por todo Centroamérica hasta el último extremo
de Chile y Argentina, que a menudo reciben el trato de ciudadanos de segunda
clase» ha afirmado Amnistía Internacional.
«Los derechos fundamentales de las comunidades indígenas, como el derecho
a la propiedad de la tierra y a la identidad cultural —en el uso del idioma,
la educación y la administración de justicia—, se vulneran sistemáticamente
en varios países» ha añadido la organización.
«Al mismo tiempo, el racismo y la discriminación están muy arraigados
en la mayoría de las sociedades y eso hace que los indígenas estén más
expuestos a sufrir violaciones de derechos humanos como torturas y malos
tratos, "desapariciones" y homicidios ilegítimos.»
Para Amnistía Internacional es evidente que los gobiernos de todo el continente
americano no tienen la voluntad política necesaria para convertir en realidad
los derechos de los indígenas, como lo demuestra, entre otras cosas, el
hecho de que gobierno de Guatemala no haya abordado el genocidio de las
comunidades indígenas durante la larga guerra civil librada en el país.
Otros hechos que lo demuestran son el incumplimiento de los acuerdos alcanzados
con la comunidad indígena en Honduras en el 2000, y la adopción en México
de leyes inapropiadas y polémicas sobre los indígenas que las comunidades
y organizaciones indígenas han rechazado por considerar que vulneran sus
derechos fundamentales. El hecho de que esta legislación no cumpla las
expectativas de las comunidades indígenas ha debilitado los esfuerzos
para proteger los derechos humanos y acabar con el conflicto en el estado
de Chiapas.
«Esta falta de compromiso se refleja también en la forma en que los gobiernos
han ido dando largas a la adopción de la Declaración Americana sobre los
Pueblos Indígenas en el sistema interamericano» ha añadido la organización,
y ha instado a los gobiernos de la región a acatar la resolución sobre
este importante asunto adoptada este año por la Asamblea General de la
Organización de los Estados Americanos (OEA) y a avanzar a partir de ella.
Amnistía Internacional ha pedido asimismo a los gobiernos que adopten
medidas urgentes y concretas para convertir en realidad su retórica sobre
la diversidad cultural y los derechos de los indígenas. La organización
ha recordado a los gobiernos los compromisos contraídos el año pasado
en la Conferencia Mundial contra el Racismo celebrada en Durban (Sudáfrica),
donde se fijaron metas concretas para la acción sobre los derechos de
los pueblos indígenas.
«Eso significa garantizar una representación real de las comunidades indígenas
y promover el respeto de la totalidad de los derechos de los indígenas,
no sólo en el sistema jurídico, judicial y político, sino en el conjunto
de la sociedad» ha manifestado la organización.
He aquí algunos ejemplos de violaciones de los derechos de los indígenas
de las que ha tenido conocimiento Amnistía Internacional:
Violaciones relacionadas con la tierra y el medio ambiente
En países como Argentina, Bolivia, Brasil, Canadá, Chile, Guatemala y
Nicaragua, los pueblos indígenas reclaman las tierras de sus antepasados
y se encuentran con la violenta oposición de terratenientes y empresas
dedicadas a la explotación de recursos naturales, que a menudo cuentan
con el apoyo de las autoridades.
En toda la región existen proyectos de construcción de infraestructuras
o extracción de recursos naturales en tierras indígenas que amenazan el
medio de vida y la supervivencia de estas comunidades, y que se están
planificando y poniendo en marcha sin un proceso de consulta real y transparente.
Ejemplos de ello son el Plan Puebla-Panamá, destinado a crear proyectos
industriales y de infraestructura en los estados meridionales de México
y Centroamérica, con las inevitables consecuencias para las comunidades
indígenas; un proyecto en Nicaragua para excavar un canal que unirá los
océanos Atlántico y Pacífico cruzando las tierras sagradas de los indígenas;
la presa de Urrá, en Colombia, ubicada en las tierras ancestrales de los
embera-katío, contra la cual están haciendo campaña algunos miembros de
la comunidad; y los proyectos de construcción de un oleoducto en Ecuador.
En Brasil, Hipãridi Top'Tiro, líder indígena xavante de la reserva indígena
de Sangradouro, en el estado de Mato Grosso, tuvo que abandonar sus tierras
debido a las amenazas de muerte que estaba recibiendo por motivo de su
activismo en favor del medio ambiente y por haber emprendido acciones
legales contra los terratenientes locales por deforestar parte de una
zona indígena. Según informes, fue amenazado e intimidado por el administrador
regional de la Fundación Nacional del Indio (organismo gubernamental creado
para proteger a los pueblos indígenas), quien mantiene fuertes vínculos
con los terratenientes locales. Posteriormente el gobierno federal informó
a Hipãridi de que debía abandonar el país ya que no podía ofrecerle protección.
En Colombia, el dirigente indígena Kimy Pernia Domicó, de la comunidad
embera-katío —que se ha movilizado contra la presa de Urrá— , «desapareció»
en junio de 2001 tras haber sido secuestrado por paramilitares apoyados
por el ejército. Otros miembros de la comunidad que hacen campaña en favor
de su regreso seguro han sufrido actos de hostigamiento y uno de ellos,
Pedro Alirio Domicó, fue asesinado tras su secuestro a manos de paramilitares.
Aún no se conoce el paradero de Kimy Pernia ni se tiene conocimiento de
que se haya procesado a alguien en relación con estos hechos.
Violaciones relacionadas con la identidad cultural
En varios países, como Guatemala y México, la policía suele interrogar
y tomar declaración, sin la ayuda de un intérprete, a indígenas que no
hablan español. En Guatemala se ha juzgado en español a indígenas que
no sabían el idioma por delitos que acarreaban la pena de muerte. En un
caso, un indígena que no hablaba español fue examinado psicológicamente
en ese idioma para determinar si estaba en condiciones de ser juzgado.
En una ocasión reciente en Chile, dos miembros de la comunidad mapuche
fueron declarados culpables de«falta de respeto» y «conducta contra la
moral pública» por gritar eslóganes en lengua mapudungu y tocar instrumentos
tradicionales en un juicio celebrado en Angol.
Agresiones contra defensores de los derechos humanos que trabajan con
las comunidades indígenas
En Bolivia, Leonardo Tamburini, asesor jurídico de la comunidad indígena
chiquitano sobre su reclamación de tierras, recibió amenazas telefónicas
en septiembre de 2002.
En Nicaragua, María Luisa Acosta, abogada que defiende a las comunidades
indígenas de la Región Autónoma del Atlántico Sur, recibió amenazas de
muerte en relación con su trabajo. En abril de 2002 su marido perdió la
vida en un atentado que, en opinión de la mayoría, iba dirigido contra
ella y que fue cometido con un arma perteneciente al abogado de un ciudadano
estadounidense implicado en la compra y venta de tierras, incluidas tierras
indígenas.
En Guatemala, miembros de la Defensoría Indígena que resuelven disputas
entre comunidades mediante prácticas tradicionales indígenas y que promueven
los derechos de los indígenas y el reconocimiento de la autoridad de los
líderes tradicionales mayas en la estructura estatal, han sido amenazados
de muerte en repetidas ocasiones. En septiembre de 2002, Manuel García
de la Cruz fue brutalmente torturado y amenazado, aparentemente como represalia
por su trabajo sobre derechos humanos y desarrollo con la organización
pro derechos de los indígenas CONAVIGUA.
Violaciones de derechos humanos, como homicidios ilegítimos, tortura y
malos tratos, y uso excesivo de la fuerza
En Honduras se ha dado muerte a numerosos dirigentes indígenas en los
últimos años. Nadie ha respondido penalmente de estas muertes, a pesar
de los compromisos del gobierno con los grupos indígenas, como la promesa
de crear un programa para investigar los homicidios de indígenas y negros
en años anteriores. Dos años después, el programa aún no ha sido establecido.
En Argentina, durante una redada practicada por al menos un centenar de
miembros de la policía provincial contra la comunidad toba, en Formosa,
varios miembros de dicha comunidad (entre ellos una mujer embarazada)
recibieron golpes e insultos racistas. Varios más, como un señor de 74
años, fueron detenidos y, estando bajo custodia, fueron maltratados y
humillados.
En Canadá, la policía metropolitana de Saskatoon ha sido acusada de abandonar
por sistema a los miembros «problemáticos» de la comunidad indígena en
lugares aislados, dejándolos expuestos a morir de hipotermia, como ocurrió
con Rodney Naistus y Lawrence Wegner en el 2002. La investigación llevada
a cabo sobre sus muertes no dio como resultado ningún procesamiento.
Abusos cometidos en el contexto de un conflicto
En Colombia, las comunidades indígenas se encuentran atrapadas entre dos
fuegos: el ejército y sus socios paramilitares de un lado, y los grupos
guerrilleros del otro. La comunidad indígena paeces, que reside en la
antigua zona desmilitarizada donde se celebraron las conversaciones de
paz hasta el 20 de febrero de 2002, sufrió la ocupación de una unidad
militar móvil, que ha utilizado la escuela local y las cocinas de algunas
familias. La comunidad se ha negado a entregar a dos de sus miembros que
son sospechosos de pertenecer al movimiento guerrillero, y ha sido acusada
por otra comunidad de apoyar a los guerrilleros. Además, sus miembros
viven con el miedo de sufrir una incursión paramilitar a raíz de estas
acusaciones. El 80 por ciento de los homicidios no cometidos en combate
y que obedecen a motivos políticos son perpetrados por los grupos paramilitares,
que actúan con el apoyo explícito o tácito de las fuerzas de seguridad.
Sin embargo, también han muerto miembros de las comunidades indígenas
a manos de grupos guerrilleros que los acusaban de estar de parte del
enemigo. En julio de 2002, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia
(FARC) mataron a Bertulfo Domicó Domicó en el municipio de Dabeiba, departamento
de Antioquia.
El homicidio de 26 indígenas en Agua Fría (Oaxaca) en mayo de 2002 fue
consecuencia del abandono y la explotación históricos de las comunidades
indígenas en la región y de que el Estado no tomara en serio las amenazas
de violencia inminente en el contexto de las disputas entre comunidades.
En febrero de 2002, miembros del ejército mexicano, al parecer, golpearon
y agredieron sexualmente a Valentina Rosendo Cantu, de 17 años, cerca
de su domicilio en el estado de Guerrero, en el sur de México, donde el
ejército estaba llevando a cabo operaciones antidroga y de contrainsurgencia.
Como en casos parecidos ocurridos en el pasado, la jurisdicción militar
ha evitado que se realicen investigaciones completas, dejando que la víctima
siga sufriendo las consecuencias de la agresión sin posibilidad de recurrir
a la justicia.
Durante el conflicto interno que sacudió Guatemala a lo largo de más de
tres décadas, el ejército aplicó una política de contrainsurgencia de
tierra quemada dirigida sistemáticamente contra las comunidades indígenas
del oeste y noroeste del país. Se calcula que alrededor de 200.000 personas,
entre hombres, mujeres y niños, murieron o «desaparecieron» durante el
conflicto. Tal fue la escala de violaciones de derechos humanos cometidas,
que la Comisión para el Esclarecimiento Histórico de la iglesia católica
concluyó que al menos en cuatro zonas alcanzaban la categoría de genocidio.
La inmensa mayoría de estos abusos no se han investigado ni se ha procesado
a nadie por ellos.
Información general
El 12 de octubre fue la fecha elegida para conmemorar la llegada de Cristóbal
Colón al continente americano y se celebra, con ligeras variaciones, en
Argentina, Bolivia, Chile, Costa Rica, Ecuador, Estados Unidos, Honduras,
las islas Turks y Caicos, México, Uruguay y Venezuela.
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