En
la Novena Región hay 28 vertederos, 16 de los cuales están
ubicados al interior de comunidades mapuches, o a menos de un kilómetro
de ellas. Allí se deposita el 70% de la basura de la región.
Cuando se aprobó el Estudio de Impacto Ambiental (EIA) que
permitía ampliar el período de uso hasta el 2025 del
Basural del Boyeco en la IX Región, la casa donde vive María
Huenchún Caniomil con su marido y sus cuatro hijos quedaba
(y aún permanece ahí) a escasos 200 metros del sitio
a usar para la ampliación del basural. Pero la norma legal
dice que no debe haber vivienda habitada a menos de 300 metros de
un basural, por lo que funcionarios de la municipalidad de Temuco,
la Conama y la empresa SILES, concesionaria del vertedero, la instaron
a trasladar su vivienda 100 metros para cumplir con la exigencia legal,
la misma que no contempló el EIA en el momento de su aprobación
(ver carta en recuadro).
La basura en Boyeco
En 1992, la municipalidad de Temuco impuso la instalación
de su vertedero, en el sector de Boyeco (12 kilómetros camino
a Cholchol), entregándola en concesión a una empresa
privada, y para contrarrestar la resistencia de las familias mapuches
aledañas se comprometió a una serie de beneficios para
la zona, que nunca se realizaron.
En el año 2001, la muerte del niño Aquiles Epul, del
sector Boyeco, a consecuencias de la "bacteria asesina",
y la publicitada intención de ampliar el plazo de funcionamiento
y capacidad del relleno de Boyeco, impulsaron a las comunidades mapuches
de Boyeco en Temuco, Quilaco en Purén y Ancúe en Gorbea
a exigir la erradicación de los basurales que se encuentran
en sus tierras.
Un recurso de protección interpuesto en la Corte de Apelaciones
de Temuco no fue acogido, aunque se dio inicio a una mesa de discusión
entre el Servicio de Salud, gobierno regional, Conadi, municipalidades
involucradas, CONAMA, Serplac y las propias comunidades. Sin embargo,
con posterioridad a una serie de encuentros y salidas a terreno en
conjunto, la COREMA (Comisión Regional del Medio Ambiente),
presidida por la ex intendenta Berta Belmar, aprobó el 26 de
diciembre de 2001, un día antes de su salida del cargo, el
Estudio de Impacto Ambiental (EIA) para la ampliación del plazo
de funcionamiento del basural Boyeco de la comuna de Temuco. Con esta
medida, Boyeco podrá mantenerse hasta el año 2025 con
un depósito mensual de unas 6.700 toneladas, a la fecha provenientes
de las comunas de Temuco y Padre Las Casas.
Los problemas de la basura
Contaminación ambiental, daño a la salud, contaminación
de las aguas, las napas subterráneas, tierra, aire y medio
ambiente en general, plagas de insectos, aves y manadas de perros
que son peligrosos portadores de infecciones, son algunos de los problemas
que acarrea la presencia de basurales a los sectores habitados más
cercanos. Por otra parte, en los basurales se depositan baterías,
pilas, radiadores y otros elementos de enorme peligrosidad por sus
componentes tóxicos y químicos. También alteran
los sistemas de vida, aumentan el empobrecimiento de la población,
y en el caso de la IX Región son una fuente más de violación
al patrimonio cultural mapuche y sus lugares sagrados.
Una investigación realizada por un equipo del Instituto Medioambiental
de la Universidad de la Frontera en el vertedero de Boyeco, determinó
varios problemas de funcionamiento: entre ellos un precario cierre
perimetral, un horario demasiado extenso, dejando residuos al descubierto
por largo tiempo y sin compactación, la inexistencia de canalización
que permita recoger y tratar los líquidos lixiviados: "Se
acumulan en una zanja de 30 metros de largo, 15 de ancho y 5 de profundidad,
los que evidentemente se infiltran a zonas aledañas".
No existen chimeneas para el control de gases en las partes más
antiguas del vertedero, "precisamente las que más gases
generan". No existe control de polvo, de mucha importancia en
época seca por la transmisión de enfermedades. El informe
concluye que el vertedero "claramente no cumple con los requisitos
técnicos que se exigen para este tipo de disposición
final de Residuos Sólidos Urbanos".
El caso de Boyeco, lamentablemente, no es el único en la IX
Región y quizás es uno de los pocos que tiene algún
tipo de fiscalización, por contar con un Estudio de Impacto
Ambiental. La gran mayoría no han sido sometidos a este estudio,
principalmente por haberse creado antes de entrar en vigencia la norma.
Según un informe de la CONAMA regional, a la fecha existen
28 basurales en la Región de la Araucanía, 11 de los
cuales están directamente instalados al interior de comunidades
mapuches.
Son los casos de las siguientes comunas (su vida útil según
el Servicio de Salud, va entre paréntesis):
Ercilla (2001)
Galvarino (2003)
Gorbea (2003)
Loncoche (2003)
Saavedra (2003)
Pitrufquén (2001)
Pucón (2004)
Teodoro Schmith (2005)
Purén (2007)
Perquenco (2020)
Temuco (2025)
Son 5 los que se encuentran a menos de 1 kilómetro de comunidades
mapuches:
Nueva Imperial (2000)
Lautaro (2002)
Vilcún (2002)
Los Sauces (2007)
Villarrica (2028)
Y a más de 1 kilómetro están: Angol, Collipulli,
Lumaco, Melipeuco, Cunco, Freire, Carahue, Toltén, Curarrehue,
Curacautín, Victoria y Lonquimay.
La extensión del plazo de funcionamiento del vertedero de Boyeco
por sobre las conversaciones entre autoridades y representantes de
las comunidades, dio por cerrada esa instancia de diálogo,
pero sin duda ha intensificado el conflicto.
·La información ha sido proporcionada por la Agrupación
de jóvenes técnicos y profesionales de Temuco, Konapewman.
"Que nos devuelvan nuestro respeto"
Reproducimos parte de la carta enviada por María Huenchún
al ministro Heraldo Muñoz y a Andrés Zaldívar,
presidente del Senado, en el marco del día internacional de
la mujer indígena.
"Mi nombre es María Huenchún Caniumil, nacida y
criada en Boyeko, en la comunidad mapuche Andrés Huenchún
a unos 13 kilómetros de Temuco.
Soy casada, tengo 4 hijos, Hugo Martín de 19, Eva Del Rosario
de 17, Emilia Ruth de 15 y Yordi Edgardo de 8. Mis hijos han tenido
que levantarse día a día presenciando las porquerías
y desperdicios que otra gente ha botado, han tenido que asistir a
una escuela donde asisten otros niños mapuches y que se encuentra
al lado del recinto del vertedero. Cuando trato de hablarles a mis
hijos de respeto y dignidad como personas, como mapuche, miro a mi
alrededor rodeada y aplastada por la basura que años y años
llevan tirando en este lugar, a menos de 200 metros de mi casa, y
pienso ¿qué futuro puedo ofrecer a mis hijos e hijas
al lado de un basural? Asimismo me pregunto: ¿y por qué
a nosotros?
A veces nos dan ganas de irnos junto a mi marido, pero miro estas
tierras donde nací, que me dejaron mis padres y a él
los suyos, son las tierras donde está mi historia y que aunque
mi presente no se me haya respetado como persona, como mujer y como
mapuche, por lo menos sé que en estas tierras existe una historia
de respeto y orgullo, eso me motiva a seguir aquí, por la esperanza
de que recobraremos todo lo que hemos perdido, con la esperanza de
que este basural se vaya y nuestras tierras y aguas vuelvan a ser
limpias. Sin embargo, en diciembre del año 2001, las autoridades
regionales aprobaron el proyecto de ampliación del plazo de
funcionamiento del basural.
¿Por qué ustedes las autoridades políticas chilenas
siempre nos han mirado como basura? ¿Dónde quedaron
mis derechos humanos, mis derechos como mujer o el derecho de mis
hijos que tanto hablan algunos?
Hasta mi vivienda han llegado algunos de la Municipalidad, de CONAMA
y de la propia empresa, diciendo que mi casa se encuentra a menos
de 200 mts. del basural y que legalmente debería estar a 300,
si no el nuevo proyecto no puede entrar a funcionar, me han dicho
que debo trasladar mi casa y yo les he dicho que ésta es mi
tierra y que no soy yo quien se tiene que cambiar de lugar, sino que
es el vertedero. También, a algunos vecinos les han ofrecido
trabajo cuando comience a funcionar el nuevo proyecto, pero les han
dicho que mientras yo no me cambie no podrán tener trabajo
y hay varios que, ante la necesidad económica, quieren trabajar
en lo que sea, pero me ven a mí como un obstáculo a
esa posibilidad.
Distinguida autoridad, quiero vivir tranquila con mi familia, queremos
que nos devuelvan nuestro respeto, nuestra paz y se termine con el
desprecio que varios winkas han tenido hacia nosotros, ya hemos perdido
demasiado y por eso lucharé por nuestra dignidad, queremos
que se vaya el basural de nuestras tierras.
Distinguida autoridad, le he señalado todo esto para pedirle
muy sinceramente que intervenga por nosotros, que nos ayude más
allá de su rango o militancia política, que se preocupe
humanitariamente de estos casos, en especial el nuestro, para que
no nos muevan de donde estamos viviendo".
source: http://www.elsiglo.cl/